El investigador del Instituto Astrofísico de Canarias Miquel Serra-Ricart adjudica las “bolas de fuego” a un bólidoMonika Borer
Santa Cruz

“Al entrar en la casa, vieron al niño con María, su madre, y postrándose lo adoraron. Luego, abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra”.

De este modo, la estrella de Belén indicó a los tres Reyes Magos dónde se encontraba Jesús recién nacido, según relata el evangelio de San Mateo los acontecimientos del 6 de enero. Anteayer, dos días antes de la conmemoración de esta fecha, miles de personas vieron en distintos puntos de la Península la caída de bolas de fuego, probablemente procedentes de un meteoro de gran tamaño que atravesó el país desde Santiago de Compostela hasta Castellón.

Los más soñadores relacionaron la luz con la aparición de la histórica estrella a que hace referencia la Biblia. Los científicos, sin embargo, explican el suceso como algo natural y achacan la cercanía en el calendario de los dos fenómenos a una “curiosa casualidad”. Así lo aseguró ayer, por ejemplo, el investigador del Instituto Astrofísico de Canarias, Miquel Serra-Ricart, para añadir que “la vida tiene casualidades muy raras, y esta es una de ellas”.

Desde un punto de vista científico, aseguró que “lo más plausible es que lo que se vio ayer [por anteayer] en el cielo haya sido un bólido, es decir, un meteoro muy brillante”. Confirmó que, según los datos recogidos en la Península, tuvo que tratarse, efectivamente, de un meteoro que atravesó a gran velocidad varias regiones del territorio español.

Al margen del hecho en sí, el investigador encontró muy positivo que este tipo de sucesos despierte la curiosidad por los fenómenos celestes. En este contexto, explicó que meteoro es el nombre que se le da a una piedra que atraviesa la atmósfera y cuyo trazo de luz se puede reconocer en el cielo. Meteoroide, añadió, es el nombre de esa piedra cuando aún se está moviendo a gran velocidad fuera de la atmósfera terrestre. Por último, agregó, meteorito es el término utilizado cuando la piedra no se desintegra completamente en la atmósfera y cae sobre la Tierra.

La búsqueda de los restos del meteorito, precisamente, que al parecer cayeron entre León y Palencia, centró ayer los esfuerzos policiales. El dispositivo de la Guardia Civil, integrado por varias patrullas y un helicóptero para tratar de localizar algunas sobras de la roca junto a numerosos vecinos de la zona, prosigue su tarea sin éxito.

Según Serra-Ricart, lo más probable es que el núcleo principal del meteorito haya caído al mar. “Si no, no se hubiera visto la luz en toda la Península”, señaló. Pero independientemente de su destino final, lo que más se recordará de este meteoro es seguramente el hecho de haber aparecido antes de Reyes y justamente en el país que más celebra esta fiesta.

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