El vehículo todoterreno del tamaño de un cochecito de golf que logró posarse el domingo en el suelo de Marte se ha hecho ya un hueco en la historia de la exploración del Planeta Rojo. Con un cerrado aplauso de los asistentes terminó ayer la presentación, en Pasadena (California), de las primeras imágenes en color y alta resolución enviadas por el robot Spirit desde el cráter Gusev. «Son las fotografías de mayor resolución conseguidas hasta ahora de Marte», sentenció Jim Bell, responsable principal de la cámara panorámica del explorador Spirit, en una rueda de Prensa transmitida por Internet. «Pero las siguientes que envíe serán todavía mejores», añadió.La principal imagen -un mosaico de 12 imágenes con una resolución de 12 millones de pixels- fue tomada por la cámara panorámica a las 2:15 de la tarde, hora local en Marte, del pasado lunes con sus lentes abiertas durante veinte minutos. El paisaje retratado por este robot geólogo cubre 45 grados de su campo de visión y revela un mayor número de rocas de las inicialmente observadas en las imágenes en blanco y negro, aunque de una altura inferior a 30 centímetros, que no impedirán la navegación del rover a partir de la próxima semana. Steven Squyres, responsable científico de la misión, detalló que las rocas se caracterizan por sus perfiles suaves y sin polvo en su parte superior, aunque sí al lado de las más grandes, lo que confirma la fuerte y persistente acción del viento en esa zona próxima al ecuador del planeta.

Antiguas inundaciones

Uno de los detalles que más ha intrigado a los científicos son los sedimentos de tonalidad oscura que se aprecian en los márgenes al robot, tras la retracción de los «airbags» que protegieron al Spirit del primer impacto contra el suelo. Los geólogos de la NASA todavía no pueden inferir datos de la composición mineral de las rocas y del suelo, pero empiezan a sospechar que es correcta su hipótesis de que el cráter Gusev estuvo inundado por corrientes de agua en varios episodios de la historia de Marte. Con esta imagen, también comienza a observarse con más nitidez una pequeña depresión sin rocas y de unos 9 metros de diámetro, a la que se ha llamado «Sleepy Hollow». Está situada a sólo 12 metros de distancia del rover, que hasta la próxima semana no abandonará la plataforma en la que está anclado para comenzar a moverse con el fin de analizar, con una taladradora y un microscopio, las rocas y muestras de suelo que elijan los investigadores.

Los responsables de la misión analizaban ayer algunos problemas detectados en el robot geólogo, como una temperatura más alta de la esperada en ese frío lugar de Marte, donde la media térmica es de menos 50 grados centígrados. «Dentro de unas horas desconectaremos sus sistemas. Con esa «siesta» esperamos reducir la temperatura de los equipos», señaló una de las responsables de la misión. También se han detectado anomalías en la antena de alta ganancia, el principal equipo de transmisión del vehículo. Los científicos tienen previsto realizar movimientos verticales de esa antena circular durante breves periodos de tiempo para averiguar dónde reside ese fallo, que reduce la capacidad de transmisión.

Durante la tercera jornada de trabajo en Marte, los ingenieros de la NASA tenían también planeado proceder a retraer completamente los gigantescas bolsas de aire que amortiguaron el contacto con el suelo del explorador robótico. La operación, prevista esta pasada madrugada, se realizaría con cautela al observar que algunos de esa especie de «airbags» todavía retiene aire.

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