NUBUTAUTAU, Fiji (Reuters) – Los aldeanos de esta villa por fin fueron disculpados por los parientes del misionero que fué devorado por los caníbales ancestros de los residentes.”Las lágrimas vinieron de muy dentro de nuestros corazones porque hemos esperado este momento por mucho tiempo”, dijo el portavoz de la villa, Tomasi Baravilala. “Es nuestra creencia, somos Cristianos y hoy nos liberaremos de la maldición”.

En el ritual de reconciliación conocido como “ai sorotabu”, se les ofreció 100 dientes de cachalote a 11 decendientes del misionero Metodista Reverendo Thomas Baker, quienes viajaron desde Australia hasta la empobrecida villa para participar en la ceremonia.

Se les regresó la Biblia de Baker, su peine, y las suelas de sus botas y serán mantenidas en el Museo Fiji en la capital Suva.

Los aldeanos de Nubutautau trataron sin éxito de comerse las botas después de que Baker y ocho seguidores Fijianos fueron golpeados a muerte en un arrecife en la nación del Pacífico Sur una vez conocida como Las Islas Caníbal.

El canibalismo estaba muy extendido en la antigua colonia Británica, y la piel humana era descrita como de “cerdo largo”, hasta que la práctica fue prohibida a finales del siglo XIX. La muerte de Baker estuvo entre las últimas incidencias de canibalismo registradas.

Fiji, una mezcla de Cristianos e Hindúes, es ahora una nación sumamente religiosa de unas 840 mil personas. Los jefes de la villa, o ratus, todavía mantienen gran influencia sobre la población predominantemente Malasiana.

Los aldeanos creen que Nubutautau estaba maldecida desde el asesinato de Baker.