Unos nuevos estudios sobre exploración cerebral han mostrado que cuando recién te enamoras, no estás experimentando una emoción, sino una motivación o impulso.Las etapas iniciales de una romántica relación de actividad electrica en las regiones cerebrales ricas en dopamina asociadas con la motivación y la recompensa. Entre más intensa es la relación, más grande es la actividad.

Las regiones asociadas con la emoción, tales como la corteza insular y partes de corteza cingulada anterior (CCA), no son activadas hasta las fases más maduras de una relación, dice Helen Fisher, una antropóloga de la Universidad Rutgers en Nueva Jersey.

Fisher y sus colegas recrutaron a siete hombres y a diez mujeres voluntarios quienes afirmaron estar locamente enamorados. Les pidieron ver fotos de sus seres queridos u otras personas familiares mientras estuvieron dentro de un Explorador de Resonancia Magnética.

Al principio de una relación, las imágenes mostraron que el cerebro parece muy enfocado en planear y perseguir recompensas placenteras, dice Fisher, mediadas por regiones llamadas el Núcelo Caudado Derecho y el Tegmento Ventral Derecho. Las mismas regiones se vuelven activas cuando una persona disfruta el placer de comer chocolate, agregó.

También hay patrones que asemejan aspectos de desórdenes compulsivo-obsesivos. “La actividad en una área en particular de la corteza cingulada anterior es en común”, dice Lucy Brown, una neurocientífica del Colegio de Medicina Albert Einstein en Nueva York, quien es parte del equipo de investigación. “La actividad está correlacionada con el largo de una relación, durando solo en la etapa emocional”.

Hay algunas diferencias entre hombres enamorados y mujeres enamoradas, dice Fisher. Las mujeres enamoradas muestran más actividad emocional más temprano en una relación. También parecen cuestionar sus regiones de memoria mientras buscan imágenes de sus parejas, quizá poniendo más atención a sus experiencias pasadas con ellas.

Para los hombres, quizá insorpresivamente, el amor parece más como lujuria, con actividad extra en áreas visuales que median la estimulación sexual.

Desde entonces el equipo ha continuado examinando la fase final del romance. “Ahora buscamos a personas que recientemente han sido rechazadas”, dice Fisher. La investigación fue presentada en la reunión de la Sociedad de Neurociencia en Nueva Orelans el Jueves.

Autor: Helen Phillips, New Orleans
Fuente: NewScientist.com