¿Alguna vez te han preguntado qué signo eres? Quizá quien te lo preguntó estaba tratando de ver qué “tipo de personalidad” tienes. O tal vez qué tan “compatible” serías con esa otra persona. ¿Eres tú una de esas millones de personas que revisan su horóscopo a diario? Algunos creen que nuestras vidas están regidas por los astros y que nuestro futuro ya está escrito. Hay quienes con la fecha, hora y lugar de nacimiento te pueden crear una “carta astral natal” donde podrás conocer tu personalidad y cómo te irá en la vida. Hay quienes no se pierden su predicción zodiacal en el horóscopo diario para basar sus decisiones de ese día. Incluso hay quienes rehuyen una relación sentimental con otra persona simplemente porque sus signos son incompatibles.

Pero ¿es verdad que los astros tienen esa influencia en nuestras vidas? Para comenzar a contestar esta pregunta, vamos conociendo un poco de los orígenes de la Astrología. Los primeros registros escritos de astrología vienen de Mesopotamia y datan de más de 4,000 años (Culver y Ianna, 1984) y al igual que la mayoría de las culturas de aquella era, la gente encontraba “señales” en todos lados de modo que las estrellas en el oscuro firmamento en esas noches despejadas sin Luna debieron ser extraordinariamente perfectas para hacerlos creer que fueron puestas ahí por alguna razón y para ellos. Algunas de las señales astrológicas de aquel periodo incluían ejemplos como “cuando Marte se acerque a la estrella Shu.gi habrá un levantamiento y hostilidad en Amurru, se matarán unos con otros” y “cuando Venus esté en lo alto, habrá placer de copulación” (Hines 1988). Luego en Babilonia, hace unos 3,500 años durante la primera mitad de la dinastía Hammurabi, los sacerdotes se encargaban de hacer las observaciones astronómicas pertinentes para crear calendarios en los que basaban las temporadas de cosechas y las fechas de sus festivales religiosos dedicados a sus múltiples dioses, entre ellos Nergal (Marte) dios de la guerra e Ishtar (Venus) dios del amor, quienes auguraban buenaventura o desgracias dependiendo en qué posición del firmamento se encontraban (Lindsay 1971)

Siglos después, aproximadamente hace casi 2,000 años, se comenzaron a divisar los doce signos del zodiaco que más o menos correspondían con los meses del año (Abell, 1981a) y al parecer el horóscopo más antiguo que se haya descubierto data del 19 de Abril del año 410 Antes de la Era Común. Como paréntesis adicional, en 1970 el Astrólogo Steven Schmidt afirmó que realmente había 14 signos zodiacales, y no 12, ya que las constelaciones Cetus y Ophiuchus debían agregarse al grupo (Hines 1988) y hoy en día hay Astrólogos que incluyen hasta 15 signos o más. Durante la era clásica dominada por Grecia primero y luego por Roma, los astrólogos babilonios llamados “caldeanos” comenzaron a ofrecer sus servicios al público muy a pesar de los astrónomos Griegos quienes no estaban muy de acuerdo con esas teorías. Sin embargo el público Griego terminó adoptando la astrología de los Babilonios de igual forma que adoptaban muchos otros cultos irracionales y barbáricos (aceptar la Astrología hoy, es como si aceptáramos las leyes de esclavitud, los irracionales derechos de posesión de bienes y las teorías médicas que tenían en aquel entonces ya que son de la mismas fechas que la Astrología) , al igual que los Hebreos antes que ellos, eran hostiles con otros dioses así como las religiones paganas y pues no había forma de disfrazar la esencia religiosa y mágica de la astrología. Por eso durante la Edad Media la astrología casi se extinguió en Europa hasta la llegada de Las Cruzadas donde tuvo que co-existir con el Cristianismo. Pero a partir del año 1600, durante el crecimiento explosivo de la astronomía científica, la astrología sufrió (afortunadamente) una disminución también explosiva ( http://www.ntskeptics.org ).

No fue sino hasta después de la Primera Guerra Mundial que la Astrología tomó el auge mayor de la historia debido a que el astrólogo Británico R. H. Naylor inventó la columna astrológica que ahora vemos en los diarios y en muchas revistas. Calculo que entre el 60 y el 70 por ciento de la población en México cree en la Astrología. Pero eso no la hace más cierta. En antaño, la mayoría de las personas no sabían que la Tierra era redonda, incluso muchos la creían plana. No importa qué tanta gente crea en una noción, eso no hace correcta la noción. Creer en algo sin ninguna evidencia, es como creer en una religión: solo se requiere creer, o como lo dice la religión Católica, se necesita tener fe. La Astrología es como una religión para sus seguidores porque no requieren de evidencia para creer en ella.

La Astrología no trata de dar explicaciones de por qué se supone que la posición de los astros al momento de nacer deba influenciar en nuestro carácter. Pero algunas veces, algunos Astrólogos se aventuran a dar explicaciones con el propósito de hacer parecer esta Pseudociencia algo más cercano a una Ciencia, utilizando términos y suposiciones que a simple vista parecerían científicas pero que bajo escrutinio, son solo tonterías. Por ejemplo, en www.astrology.com definen que la fuerza básica detrás de la Astrología es la gravedad. Dice “El Sol tiene la gravedad mayor y el efecto más fuerte en Astrología …” continúa más adelante diciendo “… los otros Planetas (sic) tienen sus propios efectos en la Tierra – y en la gente que vive en la Tierra. ¡Algunas veces sus influencias pueden ser tan fuertes que exceden la energía del Sol!”

Pero esto no tiene sentido porque si la gravedad es la fuerza dominante entonces ¿por qué no importa si Marte está del mismo lado del Sol que la Tierra o si está del lado opuesto? La fuerza gravitatoria de Marte sobre la Tierra baja por un factor de más de 50:1 de un lado del Sol al otro. Uno podría pensar que este sería un importantísimo detalle, sin embargo es ignorado en los horóscopos. Otro dato importante es que la Luna tiene 50 veces más influencia gravitatoria sobre la Tierra y nosotros que todos los planetas del Sistema Solar juntos. Entonces, si la fuerza detrás de la Astrología fuera la gravedad, la Luna sería el astro más importante en el zodiaco, 50 veces más importante que los planetas, para ser precisos. Aún así, los efectos gravitatorios de la Luna no se comparan con los efectos gravitatorios que ejerce la partera o el cirujano que está ayudando a dar a luz al bebé porque, aunque su masa es muchísimo menor que cualquiera de los astros, este está mucho más cercano al bebé, porque en lo que se refiere a gravedad, la distancia le gana a la masa porque la gravedad disminuye proporcionalmente de acuerdo al cuadrado de la distancia. Por ejemplo, si doblamos la distancia desde la Luna (del centro de la Luna, ya que la gravedad no se mide desde la superficie, sino del centro de los cuerpos), tenemos que la gravedad disminuye 3 cuartas partes de lo que originalmente se sentía. Si nos alejamos de la Luna 10 veces, la influencia gravitatoria baja por un factor de 100. Aquí en la Tierra, solo nos llega 1/50,000 de su gravedad. El planeta más masivo de nuestro Sistema Solar es Júpiter (además es uno de los más importantes en Astrología por su tamaño), con una masa que es 25,000 veces mayor a la de la Luna, pero en el punto de su órbita más cercano a la Tierra está 1,600 veces más lejos de nosotros que la Luna, que se encuentra a 384,000 kilómetros de nosotros. Si se hace el cálculo, se puede obtener que la influencia gravitatoria de Júpiter solo es del 1 por ciento que la de la Luna (Plait 2002). Por eso, algunos Astrólogos optan por sugerir que la gravedad no disminuye con la distancia, pero si esto fuera real (que no lo es) ¿Qué pasaría con los casi 100 planetas que se han descubierto hasta hoy orbitando otras estrellas? ¿Cómo afectarían mi horóscopo? ¿Y qué hay de las cientos de miles de millones de estrellas que hay solo en nuestra Galaxia? ¿Y las otras cientos de miles de billones de galaxias? ¿Cómo podría alguien crear un horóscopo correcto si toda esa infinidad de astros tuvieran la misma o mayor fuerza gravitatoria que, digamos, Marte y Júpiter?

Por eso algunos Astrólogos recurren a otras fuerzas para tratar de darle sentido a la Astrología. Una de ellas es la fuerza electromagnética, pero esa es una opción mucho peor que la gravedad, ya que el Sol tiene un efecto electromagnético millones de veces mayor en nosotros que cualquier otro objeto en el cielo. Incluso, por su composición la Luna, Venus y Marte no cuentan con campos electromagnéticos. Otra ocurrencia más es la fuerza de marea, pero estas fuerzas disminuyen al cubo de la distancia entre dos objetos. Es decir, si un planeta está al doble de la distancia que otro planeta en relación a nosotros, el efecto de marea del planeta más lejano en nosotros será ocho veces menor que el efecto del planeta más cercano. Esto significa que la fuerza de marea de una persona junto a ti es de 11 mil millones de veces más poderosa que la del planeta Marte. Otros llegan a argumentar que la influencia Astrológica se debe a la emisión de algún tipo de partículas, pero el único astro cercano a nosotros que emite partículas es el Sol. Los planetas no. (Plait 2002 y Park 2000)

Para terminar de echar por tierra cualquier duda razonable que quedara sobre si los astros y constelaciones tuvieran alguna influencia sobre nosotros, vamos a remontarnos al año 1500 Antes de la Era Común e imaginarnos las constelaciones que veían los primeros Astrólogos ¿eran las mismas que vemos hoy en día? Definitivamente no, porque estas ya han cambiado desde entonces. La Tierra tiene un movimiento de rotación sobre su propio eje y un movimiento de traslación orbital alrededor del Sol, pero además nuestro Sistema Solar completo con todo y planetas se mueve en el alrededor del centro de nuestra Galaxia la Vía Láctea, y esta a su vez se mueve en expansión relativa a otras galaxias en el Universo. Hace 3500 años los astros en el cielo no tenían exactamente las mismas posiciones que vemos hoy en día. Además, cuando te piden tus efemérides para darte tu horóscopo personal, te piden la hora de tu nacimiento para ver qué astro se encuentra bajo qué signo zodiacal. La luz viaja a aproximadamente 300 mil kilómetros por segundo en el vacío, por lo que la luz del Sol tarda en llegarnos aproximadamente 8.3 minutos. Cuando ves aparecer el Sol sobre el horizonte, ya tenía 8 minutos ahí. De hecho, el lugar relativo donde estás viendo las estrellas y planetas no es el lugar donde realmente están, ya que su luz tarda mucho tiempo en llegar hacia nosotros. Incluso es posible que estemos viendo algunas estrellas que ya ni siquiera existan ya que su luz puede tardar en llegarnos millones de años. Lo que vemos es un retrato antiguo del cielo, es como viajar en el tiempo hacia atrás. a propósito de este dato. A finales de Noviembre del 2002 se descubrió que Einstein estaba en lo correcto y que la gravedad no es instantánea, sino que viaja a la misma velocidad de la luz. Esto, además de bajar el número de dimensiones que se le daba al Universo para explicar ciertas teorías, hace mucho más complicado el asunto de las posiciones de los planetas respecto al lugar donde se encontraban a la hora del nacimiento de una persona. Entonces, la luz y la gravedad de Júpiter nos llega 51 minutos después de que asumió su posición, pero ya no está en ese mismo lugar cuando nos llega. Plutón está a una distancia de 5.6 horas luz/gravedad. Otro asunto más es cuando por ejemplo los Astrólogos dicen que el Sol está “en” Aries entre Marzo 21 y Abril 19, significa que el Sol, visto desde la Tierra, está en la misma parte del cielo que la constelación de Aries. Sí, esto quizá fue cierto hace dos mil años, pero actualmente, debido a que la Tierra se bambolea lentamente mientras rota (un efecto conocido como “precesión” que le sucede a todos los cuerpos que giran sobre su propio eje fuera de ángulo mientras se le ejerce una fuerza gravitatoria, que en el caso de la Tierra, es la gravedad de la Luna) la posición del Sol en relación a las constelaciones del zodiaco vistas desde la Tierra cambia al paso de los siglos, la diferencia es de casi un signo completo por lo que el Sol no está en Aries en el periodo que comprende Marzo 21 y Abril 19, sino que está en Pisis la mayor parte de ese tiempo. Por eso, si eres Aries, es casi seguro que el Sol no estaba en Aries cuando naciste, sino en Pisis. La mayoría de los Astrólogos han estado haciendo predicciones y creando horóscopos para los signos equivocados todos estos años, y sin ningún problema, la gente sigue creyendo que sus horóscopos siguen siendo correctos ¡aunque ni siquiera fueron hechos para ellos! Para colmar todavía más las cosas, los Astrólogos tienden a ignorar esta precesión de lo equinoccios la hacer sus horóscopos, pero en cambio la aceptan al anunciar, por ejemplo, una “era de Acuario”. Nótese la subjetividad por favor.

Desde un principio, la Astrología estuvo equivocada. En sus orígenes solo se conocían el Sol, la Luna, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno, por eso todas las enseñanzas astrológicas antiguas están basadas en la noción de que solo existen siete cuerpos celestes. Pero desde entonces se han descubierto tres planetas más: Urano en 1781, Neptuno en 1846, y Plutón en 1930. ¿No es curioso que ningún Astrólogo haya predicho de alguna manera la existencia de esos tres cuerpos? Si los planetas tienen alguna influencia en nosotros ¿cómo es que estos tres planetas no ejercían ninguna? Hoy en día los Astrólogos afirman entender las influencias astrológicas de estos tres nuevos planetas, incluso la Astróloga Linda Goodman afirma que antes esos planetas no tenían ninguna influencia debido a que un planeta no ejerce ninguna influencia astrológica hasta que es descubierto ¿No es eso de lo más tonto? Creo que para este momento ya debe resultarles bastante obvio que la Astrología definitivamente no es ninguna Ciencia en ningún sentido. La Astrología es una Pseudociencia que está basada solamente en Magia.

Por otro lado, solo porque la Astrología utiliza los datos exactos de la fecha, hora y lugar de nacimiento de una persona para hacer sus predicciones, mucha gente cree que es una ciencia. No lo es. En el pasado se consideraba el nacimiento como el momento crucial en la creación de la vida, pero hoy en día, se sabe que no es más que la culminación de nueve meses de desarrollo en el interior del útero materno, incluso muchos aspectos de la personalidad del niño se desarrollan antes del alumbramiento. La astrología utiliza estas efemérides porque son más fáciles de saber que la fecha de concepción, y así parece más popular, más fácil de recordar, y más personalizada. Siendo doce signos zodiacales ¿podríamos deducir entonces que a una doceava parte de la población mundial le va a ir igual de bien o mal en determinado día?

Entonces ¿por qué mucha gente dice que la Astrología sí les funciona? La respuesta es: porque ellos erróneamente así lo suponen. Cuando la gente lee sus horóscopos, tienden a reportar una gran cantidad de aciertos ¿cuántos de nosotros no hemos leído nuestro horóscopo y nos hemos sorprendido con qué tan bien nos describen? Esto es porque todas las personas tenemos la falsa creencia que somos completamente diferentes a los demás. Solo en los pequeños detalles específicos es que nos diferenciamos, pero en general somos todos muy parecidos. Por ejemplo, todos tenemos problemas amorosos, algunos menos insignificantes que otros si los comparamos, pero al fin y al cabo son problemas. También los tenemos en el trabajo y en las relaciones con otras personas, todos buscamos de cierta manera el éxito y la aceptación en la sociedad. Todos tenemos inseguridades y miedos. La forma de presentar los horóscopos es vaga y se puede aplicar a cualquiera. Incluso gran parte de los horóscopos son consejos éticos sobre cómo ser mejores, consejos que a cualquiera les puede quedar bien. Además, tendemos a recordar los aciertos y a olvidar o restar importancia a los errores. Al terminar nuestro día, compararemos lo que nos sucedió con lo que nos decía nuestro horóscopo y recordaremos los aciertos. Trataremos de ajustar lo que nuestro horóscopo nos decía a lo que nos sucedió ese día, porque los horóscopos son tan vagos, que pueden aplicarse a muchas situaciones. Y al final del día, olvidaremos lo que “no nos salió” y recordaremos los aciertos que nosotros mismos creamos. Los Astrólogos aprovechan esta debilidad humana para seguir obteniendo suciamente millones y millones de pesos del despistado público, y mientras haya suficientes personas creyendo en ellos, el negocio se seguirá manteniendo, ya que nadie de su público se pone a razonar seriamente por qué todos y cada uno de los horóscopos son diferentes aunque estén basados en los mismos datos. ¿Sabías que ningún Astrólogo te hace la misma lectura aunque tenga los mismos datos? Es un hecho real que los Astrólogos, aunque se basan en las mismas teorías, invariablemente hacen predicciones diferentes entre sí ¿A cuál de ellos creerle entonces? Otro punto importante es que las personas preferimos la comodidad ante todo, es decir, que creemos más en lo que no nos exige esfuerzo ni compromiso, por eso muchas personas creen más en los Horóscopos que en la Religión porque la Religión nos encamina a involucrarnos, a disciplinarnos, a sacrificarnos, e incluso algunas de ellas hasta a hacernos responsables de nuestro propio futuro, aunque muchas Religiones nos dicen, al igual que la Astrología, que nuestro futuro ya ha sido trazado por entidades superiores, llamémosle Dios o llamémosles los astros, quitándonos la culpa y la responsabilidad del libre albedrío.

Es triste pero es un hecho que en México hay al menos 1 Astrónomo por cada 20 Astrólogos. En Estados Unidos existen 10 veces más Astrólogos que Astrónomos. En Francia hay más Astrónomos que Sacerdotes Católicos (Sagan 1997). Cuando durante mucho tiempo alguien ha creído en algo a pies juntillas, es muy difícil aceptar que se estuvo equivocado. A eso se le llama el Síndrome del Creyente Verdadero. ¿Eres tú un creyente verdadero? ¿Cierras los ojos ante las evidencias que tienes frente a ti? Es necesario que abramos nuestra mente y razonemos con lógica. El escepticismo es una herramienta indispensable para separar la fantasía de la realidad y lo que sirve de lo que no sirve. La Astrología solo ha servido para no tener que tomar decisiones por nosotros mismos, ya que si nos equivocamos o tenemos un infortunio, siempre podremos echarle la culpa a una mala conjunción de planetas y disculparnos a nosotros mismos de nuestra propia estupidez.

Por Lalo Márquez